
355 - Las aguas suben, de Patricia Ferrara 59584z
Descripción de 355 - Las aguas suben, de Patricia Ferrara 3g674g
Hoy hos traigo un espeluznante relato sobre una casa. Una temible casa sumergida, los horrores que oculta... y un niño demasiado curioso. - Narración: Juan Carlos Albarracín - Locución Sintonía: Antonio Runa - Música: Epidemic Sound, con licencia - Ilustración: Pixabay, con licencia, https://pixabay.com/es/illustrations/escarabajo-pez-%C3%A1rbol-agua-4634561/ Los Cuentos de la Casa de la Bruja es un podcast semanal de audio-relatos de misterio, ciencia ficción y terror. Cada viernes, a las 10 de la noche, traemos un nuevo programa. Alternamos entre episodios gratuitos para todos nuestros oyentes y episodios exclusivos para nuestros fans. ¡Si te gusta nuestro contenido suscríbete! Y si te encanta considera hacerte fan desde el botón azul APOYAR y accede a todo el contenido exclusivo. Tu aporte es de mucha ayuda para el mantenimiento de este podcast. ¡Gracias por ello! Mi nombre es Juan Carlos. Dirijo este podcast y también soy locutor y narrador de audiolibros, con estudio propio. Si crees que mi voz encajaría con tu proyecto o negocio a conmigo y hablamos. :) o profesional: [email protected] www.locucioneshablandoclaro.com También estoy en X y en Bluesky: @VengadorT Y en Instagram: juancarlos_locutor ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/421745 3w4i30
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Los cuatro elementos son algo con lo que convivimos día a día, y en cierto modo podemos decir que son nuestros aliados, pero a veces se convierten en justo lo contrario y pasan de ser aliados a terribles enemigos. De algún modo todos vivimos en o permanente o casi permanente con la Tierra, pero cuando la Tierra se vuelve contra nosotros, en un terremoto, las consecuencias pueden ser devastadoras.
Algo parecido ocurre con el fuego, nuestro aliado ancestral, pero al mismo tiempo una fuerza destructiva totalmente imparable. El aire es fuente de vida y los huracanes son fuente de muerte. Y el agua, por supuesto, pues de nuevo es fuente de vida, nunca mejor dicho. Y el agua descontrolada puede causar auténticos estragos, como en los tsunamis o las inundaciones.
Hace poco hice un cálculo del agua que entro en casa en las inundaciones de la Adana, quizá no todos lo sepáis. El agua entró en mi casa y destruyó el estudio, el salón que tenía para recibir a los amigos, mis libros, mis juegos, en fin. Hice un cálculo de cuánta agua entró en casa y se aproximaba a los 150.000 litros de agua.
Y no sé si fue una experiencia traumática, pero si traumático significa que tiempo después lo recuerdas y se te revuelve todo, pues sí, fue una experiencia traumática. Y quizá por eso este cuento que os traigo hoy, que versa de una casa inundada, pues me impresiona especialmente. En parte porque los elementos, cuando se vuelven destructivos, son muy impresionantes y en parte porque me remueven ciertos recuerdos que son muy desagradables.
Por eso, hoy hago un esfuerzo un tanto especial al leeros este cuento. Y espero estar a la altura del texto y espero, sobre todo, que vosotros paséis un rato entretenido y quizá un poco terrorífico. Episodio dedicado a Luis Quesada, gracias por hacerte mecenas de este podcast y gracias a todos los mecenas que me ayudáis a conseguir que este podcast siga manteniéndose a flote, valga la expresión.
Venga, no os entretengo más, apagad vuestros ojos y encended vuestra imaginación, porque comenzamos. Los Cuentos de la Casa de la Bruja, tu podcast semanal de relatos de misterio, ciencia ficción y terror. Cada viernes, al caer la noche, un nuevo relato. Alternamos entre episodios gratuitos para todos nuestros oyentes y episodios exclusivos para nuestros mecenas. Si te gusta nuestro contenido, suscríbete.
Y si te encanta, hazte mecenas desde el botón azul Apoyar para acceder a todo el contenido extra. Gracias por tu apoyo y disfruta de este episodio. Los Cuentos de la Casa de la Bruja presentan Las aguas suben, de Patricia Ferrara, narrado por Juan Carlos Alvaracín. Y con el tiempo, lo que había sido la llanura aluvial del río se convirtió en parte del mismo río, a medida que los años cambiaban el ojana de un torrente delgado e irritable a una cinta de agua que ondulaba plácidamente bajo el sol, tranquilo como un lago. Pero Rory todavía no había nacido cuando sus abuelos abandonaron la casa junto a la vieja orilla del río, y se trasladaron a lo alto de las amables colinas, a una gran pradera de tierra que se encontraba a salvo de la nieve produciéndose cada vez más.
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