#39 - The Quarrymen debutan en The Casbah Coffee Club. 1rg4k

En el episodio anterior recordamos el momento en el que John Lennon y Cynthia Powell comenzaron a salir juntos y esos primeros instantes de relación sentimental entre ambos, y hoy abrimos las puertas de un lugar mágico. Un sitio que, aunque era pequeño y sin pretensiones, fue testigo del despertar de una leyenda. Estamos en Liverpool, en el verano de 1959, y algo está a punto de cambiar. Quédate conmigo, porque hoy revivimos ese momento único, el día en el que los Quarrymen hicieron temblar las paredes del casba por primera vez, y sin saberlo, comenzaron a escribir el primer capítulo de una historia eterna.

Mi nombre es José Ángel Martín y te doy la bienvenida a Querido Lennon.

En marzo de 1958, Elvis había sido llamado por el ejército de los Estados Unidos y su glorioso peinado había pasado a la historia. Su vestimenta había sido sustituida por el uniforme militar, su nombre había quedado reducido a un número de serie y el meneo de su pelvis sustituido por un saludo bien erguido. El rey era la mayor pérdida del recién nacido rock and roll, pero ni mucho menos fue la única.

En febrero de 1959, Buddy Holly fallecía en accidente de avioneta, dejando así a millares de muchachos ingleses y entre ellos a John Lennon, huérfanos de un amigo cuya voz nunca habían oído si no era cantando y preguntándose desde dónde llegaría la próxima lección sobre cómo hacer música rock. Y eso que hasta Holly antes de su muerte parecía haberse alejado del rock and roll, siendo sus últimas grabaciones baladas pensativas en las que su grupo habitual, los Crickets, habían sido sustituidos por una orquesta de cuerda.

En todas partes, aquellos dioses que en algún momento habían lanzado sus truenos y destellos desde los cielos y que parecían invulnerables, poco a poco iban siendo derribados en la Tierra.

Durante una tournée por Australia en 1957, Little Richard había visto el satélite espacial Sputnik de los rusos e interpretó sus destellos en el cielo de la noche como una convocatoria personal que Dios le hacía. Arrojó simbólicamente un anillo de brillantes muy valioso a la bahía de Sydney, dejó de cantar Good God y Miss Molly y empezó a prepararse para el ministerio eclesiástico.

A Jerry Lee Lewis lo habían expulsado de Inglaterra cuando se descubrió que era abígamo y que se había casado con su prima de 13 años, Mira Gayle. Y a Chuck Berry le habían detenido tras una acusación de inmoralidad en relación con una camarera adolescente y esto le acabaría costando dos años de cárcel.

Sin embargo, al otro lado del Atlántico, el rock no sufría un declive similar. Interpretes como Bill Haley, Jim Vinson, Eddie Cochran y los Everly Brothers, que en su tierra ya eran hombres del pasado, continuaban sacando discos y haciendo actuaciones en Gran Bretaña y Europa, siendo recibidos con el mismo entusiasmo de siempre.

En ese momento, Inglaterra también tenía su propio mundillo de rock que estaba ganando fuerza y confianza al mismo tiempo que el modelo norteamericano perdía fuelle. Una ciudad inglesa, por encima de todas, mantuvo viva esa llama y devoción por el rock and roll. En Liverpool, docenas de grupos de esquífel se habían ido convirtiendo al rock con nombres que combinaban la veneración por los yanquis con el humor y juegos de palabras típicos del país. Calterrian, The Cruisers...