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El Bramadorio 39 - Reflexiones de un Investigadór

El Bramadorio 39 - Reflexiones de un Investigadór 3y342

8/6/2025 · 11:35
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Descripción de El Bramadorio 39 - Reflexiones de un Investigadór 6u16c

Sumario: - REFLEXIONES DE UN INVESTIGADOR Juan Antonio García Fernández, nos habla de uno de los aspectos mas personales de su vida, la experimentación de campo. Nos contará algunos casos y vivencias, junto con algunas opiniones y un retorno a sus raíces en el mundo del misterio. Vía Incógnita Radio - o: [email protected] 4t3z3z

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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

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Un misterio diferente es posible.

Escucha los quejidos del bramadorio.

Con Juan Antonio García Fernández.

Bienvenidos, amigos del misterio.

Esto es el bramadorio.

En este momento quiero aprovechar el privilegio de poder comunicarme con mucha gente que la apasiona al misterio, como a mí mismo.

No voy a hablar de esos enigmas que tanto me llaman la atención.

Quiero dedicar ese espacio a otro tipo de misterio que no desmerece para nada a esos fantasmas que tanto nos afanamos en encontrar.

Como un momento casual puede hacer que dediques toda la vida a una idea, a un convencimiento, esa idea se convierte en una pasión y por más que las circunstancias de la vida te hagan cambiar de posición en esa idea, al final ese convencimiento te hace volver al principio de una manera completamente cíclica.

Ya sé, parece que me he liado, pero voy a intentar explicarlo.

Como ya he contado en muchas ocasiones, cuando tenía 13 años un acontecimiento me puso en camino de experimentar con esas cosas que llaman mucho la atención, pero que se consideran frikis.

El espiritismo, la ouija, los viajes astrales, en fin, todo lo que pudiera leer en aquel momento.

Era bastante crédulo, todo me parecía real y me metía de cabeza en su práctica.

En ese periodo de tiempo que duró hasta los 20 años por entonces conocí a la que es mi compañera hasta este momento.

Viví bastantes momentos curiosos metiéndome en algún que otro libro.

Involucré a mis amigos de la infancia a realizar la ouija en lugares abandonados con el riesgo para todos. Me afané en encontrar alguna medium para colarme en algunas sesiones de espiritismo.

Me dio durante un tiempo por intentar salir de mi cuerpo en un viaje astral.

Incluso coqueteé con las sectas satánicas.

De casi todas esas situaciones me tocó salir corriendo.

Ya en mis estudios de formación profesional conseguí que me expulsaran en varias ocasiones por sacar de quicio a mi profesor de religión, pero claro, le había echado un ojo al libro del enigma sagrado, precursor del código da Vinci.

Y terminé por poner en la pizarra un cuadro donde supuestamente Jesús y la Magdalena estaban en una pose demasiado carichosa.

¡Cosa de críos! Ahora me arrepiento de los cabraderos de cabeza que le di a ese pobre hombre.

Espero que me haya perdonado.

Recuerdo el último, mientras estaba cumpliendo el periodo militar.

Antes se hacía la mili y yo, que tengo ya mis años, me tocó sufrirla.

Estuve durante un año en la Ciudadela de Jaca, cuartel general de la División de Altamontaña.

Este cuartel es un antiguo castillo con su propia leyenda de Dama Blanca.

Se decía que la veían por los torreres.

Ahí monté mi primer equipo de investigación y nos dedicamos todo ese tiempo a buscarla.

No encontramos nada, pero al ser un régimen militar me valió para estar más tiempo arrestado que de servicio.

Hace unos años el equipo de Millennial Life encontró el escondite donde nos juntábamos una vez que nos mandaban a dormir, pero esa es otra historia.

La verdad que esos años no me acercaron demasiado a lo que estaba buscando y tener la certeza de que el más allá existía realmente.

Ahí tuve mi primera crisis de frío.

Estuve muchos años dedicado a la vida normal, matrimonio, hijas, etc.

Entonces conocí un lugar y unos amigos que me volvieron a ilusionar.

Ya mis hijas eran mayores e incluso me acompañaban en mis locuras.

En esos momentos con el grupo Omega IV no solo me reconcilié con el misterio, sino que conseguía a nivel personal la certeza de que había algo más en ese otro lado.

Las psicofonías fueron una auténtica revelación para mí.

Reconozco que no las había experimentado hasta entonces y ese tipo de comunicación con el otro lado me apasionó en aquel momento.

Luego la realidad me hizo ver que todo no era real.

De todo lo que recogía la grabadora, el 90% eran pareidolias auditivas, pero había ese 10% que te daba información.

Incluso respondía en muy pocas ocasiones a nuestras preguntas.

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