DOQ| 6 x 20| Pablo Fernández Barba, un guionista en el búnker 736l24

Pardos, hibris, esticomiti, esticomiti, esticomiti... ¡Joder! ¡Drama o qué! ¡Drama o qué! ¡Drama o qué! Bienvenidos y bienvenidas a Drama o Qué, el podcast de dramaturgia absolutamente innecesario.

Hoy en el búnker de Drama o Qué nos visita Pablo Fernández Barba, guionista, director y domador de jóvenes aspirantes a guión. Domador de fieras, ¿no? Podríamos decir. Hablaremos sobre el oficio, la vocación, los procesos y sobre la amenaza o no de la IA en nuestra profesión, por ejemplo.

Bienvenido primero. Bien hallado, gracias por invitarme a tu búnker.

Antes estábamos hablando, antes de empezar, que debes ser yo creo que es el segundo guionista que tenemos en el podcast y el primero en calidad de guionista porque Ortuño ha estado aquí, pero como Ortuño también ha sido dramaturgo, hacíamos la perchita. Claro, bueno, son temas muy relacionados, también con muchas diferencias, pero el mundo del teatro y el mundo del audiovisual, pero bueno, tú eres el ejemplo, tú eres guionista y dramaturgo, las dos cosas. Dos problemas en uno.

Dos decisiones acertadas al inicio de tu carrera. Los actores siempre recuerdan el momento en el que en caso dijeron mamá, papá, quiero ser artista. ¿Existe ese momento en el guión? Sí, bueno, en mi caso fue un poco más tarde. Más que decir quiero ser guionista, lo primero que dije fue quiero ser director. Yo desde muy chico era muy cinéfilo y el cine era mi pasión. Me tragaba las pelis y yo ya muy pronto me di cuenta de que el director era el que tenía más la responsabilidad de todo eso. Nunca quise ser actor, sin embargo, que hay muchos niños y niñas que a lo mejor...

Y luego ya lo de enfocarme en el guión fue un poco una decisión más práctica porque cuando yo acabo la carrera yo tenía muy claro que quería estudiar en la Escuela de Cine, en la ECAM de Madrid. Y bueno, supongo que sé que sabes que para entrar en la ECAM hay que hacer unas pruebas de en la especialidad de dirección o realización. Son muy complicadas.

En las de guión también porque se presentan como 100-120 y entran 12, pero era un poquito más asequible. Entonces yo entre eso, que el último año de carrera en la facultad tuve un profesor de guión, a lo mejor tú lo conoces, Valdo Toscano, Valdomero Toscano, que transmitió mucha pasión por el guión e hizo que me interesara mucho, pues me enfoqué un poquito por ahí, por el guión.

Él estuvo de jefe de contenido en Canal Sur durante mucho tiempo.

Después de Telecinco.

Exactamente, luego emigré a Telecinco y ahora ya está prejubilado y está por aquí, por el sur.

Dirige, has dirigido, ¿no? Sí, he dirigido programas.

Has dirigido, escribes, sigues escribiendo, das clases...

Sí.

Esta pregunta idiota de, ¿podrías elegir una cosa o necesitas hacer las tres porque hay que hacer muchas cosas para poder ir tirando? Claro, no, no. De momento no puedo elegir, de momento no puedo elegir. Hombre, es verdad que las tres me gustan. Lo de dirigir, por ejemplo, dirigir programas ha sido algo casi más accidental. Tú sabes que en este mundillo, bueno, si estás en una productora y a poco que seas un poco espabilado ya te ponen de coordinador de guión o de subdirector.

Y bueno, en algunos casos he dirigido y subdirigido. Pero yo nunca he tenido la vocación de ser director de programas, de entretenimiento ni de televisión. Yo he tenido la vocación de ser guionista, sobre todo de cine, director de cine. Y luego lo de la enseñanza me ha venido un poquito más tarde y me apasiona y me satura a partes iguales porque los chavales a veces te los comerías de un guión que te entregan, de un ejercicio que te hacen y tal. Y luego también hay un pasotismo imperante.

¿Hay algún error que veas en los trabajos de guión de los chavales que diga, este es común? Para empezar, normalmente cuando un chaval empieza a escribir guión lo que hace es una escena en la que un personaje entra en una habitación, hay otro, hablan y se acaba la escena. Lo que se llama bustos parlantes, talking heads. Entonces muchas veces no hay conflicto, no se cuentan las cosas con imágenes, sino todo con diálogo. Todo está muy en boca, como se suele decir. Todo es positivo, ¿no? Hola.