Gamberro: Alta cocina y vinos con espíritu punk 642j57

VINO PARA CAMALEONES. SI HAS LLEGADO HASTA LA SEXTA TEMPORADA, TE JODES.
Pues sí, eso es, gracias Rocío. Es que muchas veces me escriben camaleones de por ahí que
me dicen… ¡Farrán, te escucho desde la primera temporada! Y, hombre, yo no sé qué
responder más que… Pues te jodes, tío. ¿Qué quieres que te cuente? Si tuvieras
vida no te pasaría esto que tendrías que estar escuchando podcast punkis por ahí.
Pero si tú eres como yo, camaleón, y te gusta la gastronomía, este es tu episodio.
Gastronomía y vino, por supuesto. Porque, siguiendo con este miniciclo de descubrir
restaurantes chulísimos, hoy nos vamos a hacer el gamberro. Y, además, te quiero regalar
un menú degustación para dos personas, tan solo entrando en vinoparacamaleones.com barra
gamberro, que es lo que seremos hoy, un gamberro. Ahí simplemente tendrás que entrar, poner
tu email, te escribiré un email con una pregunta y, si la respondes de la manera más
gamberra posible, te llevas ese menú degustación para dos personas. ¿Qué te parece? Así
que yo de ti no me perdería el episodio de hoy en el que vamos a ser todos un poquito
más gamberros.
Bien, camaleón, pues Impredecible es precisamente el restaurante que te quiero presentar hoy.
Porque quién nos dice a nosotros, quién nos dice que no podemos ser gamberros en todos
los ámbitos de nuestra vida, ¿verdad? Porque ser gamberro simplemente mola más, es más
divertido. Y con esa premisa, si tu pasión es el vino y la gastronomía y te da por abrir
un restaurante, ¿qué mejor que ejercer de gamberro en la cocina, en la sala, en la
carta de vinos? Pues esto es a lo que se dedica nuestro invitado de hoy, a hacer el
gamberro. Porque a la que te metes en su restaurante, ya sabes que algo, algo pasa. Porque te vas
a encontrar con graffiti, te vas a encontrar con cadenas, con un par de patitos de goma
que se han puesto muy... son muy famosos allí, todo el mundo habla de los patitos de goma
del gamberro. Eso sí, aunque nuestro invitado, invitados de hoy, no es amigo de las normas,
le gustan las cosas, eso sí, bien hechas. Él es chef, hoy tengo dos invitados. El chef,
propietario también del restaurante Gamberro, y también el sumiller del restaurante, Julio
Canales Sumiller, y sco Vera Morales, que es el propietario y chef. Ya los tengo
en el restaurante dándoles la lata hoy, y siendo los dos gamberros totales, y ya los
puedo saludar. ¿Cómo estáis? ¿Qué tal? Muy buenas. Muy buenas, ¿qué tal? Oye, mil
gracias por atender a los camaleones, porque tenemos muchísimas ganas de saber cómo es
un restaurante gamberro. Primero de todo, por favor, sco, te voy a decir a ti
la pregunta, la primera, que es, ¿dónde está el restaurante? Por si alguien no lo conoce.
Bueno, pues nosotros estamos en Zaragoza, en la calle Bolonia, en el centro de la ciudad,
y aquí nos pueden encontrar. Muy bien. Oye, pero realmente, cuando ves el restaurante
por fuera, ya causa un poco de impacto, ¿no? ¿Cómo describirías lo que primero ve un cliente
que nunca ha ido al restaurante? ¿Cómo describirías lo que primero ve cuando llega?
Bueno, lo primero que ves una puerta que yo creo que no se imagina que lo que hay es un
restaurante. De hecho, muchos clientes nos lo han dicho, que si fuese por la entrada no hubiesen
entrado nunca. Pero bueno, es parte de nuestro restaurante y es una fachada muy gamberra,
llena de grafitis, pero luego una vez entras cambia completamente.
Claro, me recuerda a un local de ensayo, pero de esos chulos, ¿eh? Local de ensayo de una banda
punky, pero de las bandas punky que molan, ¿eh? Que la verdad... Y entonces tú dices que por fuera
tiene un aspecto y por dentro tiene otro, ¿no? Cuéntale al camaleón que nos está escuchando que
cuando vaya a entrar y vaya a pasar esa puerta, que no pasa desapercibida, desde luego, ¿qué se
va a encontrar dentro? Bueno, pues se va a encontrar un recibidor, una entrada que sigue la
misma línea con grafitis, con patitos de goma, con una decoración muy urbana y una cortina. Y ahí
sí que es cuando una vez se le recibe, cruza la cortina y ahí cambia un poco el ambiente. Tenemos
un pasillo de nubes que parece que estás andando por el cielo realmente y luego ya llegas a la
sala y las tonalidades, los colores cambian, es otro rollo completamente distinto. Siempre clarísimo.