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Las ocho caras del SOP y la «panacea poliquística»
Gema, el síndrome metabólico y el riesgo cardiovascular

Gema, el síndrome metabólico y el riesgo cardiovascular 6p1o3f

15/8/2022 · 18:06
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Las ocho caras del SOP y la «panacea poliquística»

Descripción de Gema, el síndrome metabólico y el riesgo cardiovascular 4k3m4f

Las mujeres «singulares» compartimos un mayor riesgo para la mayoría de enfermedades crónicas no transmisibles, sencillamente, porque al SOP, nuestro obstinado lastre, le acosa su propia sombra: el síndrome metabólico, una condición que subyace a prácticamente todas ellas. 1e1y5s

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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Conoce las ocho caras del síndrome de ovario poliquístico y aprende cómo aplacarlo gemma siempre fue un ser muy bondadoso y de corazón generoso una de sus primeras fotografías que todavía hoy preside el recibidor de sus padres la captura ofreciéndole un caramelo a un muñequito cuando contaba apenas dos años siempre afloró en ella un instinto innato para cuidar alimentar y proteger a los más necesitados y a los más débiles ya desde muy pequeña fue una niña de tamaño considerable era alta corpulenta y de complexión robusta lo que le resultaba muy ventajoso para salir en defensa de quienes necesitaran protección ni siquiera los niños más gamberro se metían con él ella porque les sacaba todos una cabeza y alrededor de veinte kilos una vez levantó en volandas a uno de ellos porque se burlaba de un compañero de clase que había nacido con un enorme lunar que cubría su nariz él lo llamó rinoceronte y ella lo metió en el culo en una papelera sin pestañear era una buena taza con los buenos pero no tenía muchos miramientos con los malos aunque lo cierto es que su tamaño y apariencia de lanzador de peso campeón de boxeo no la iban a ayudar cuando se propusiera encontrar un padre para su futuro bebé cumplió los catorce con la cara el pecho y la espalda cubiertos de acné el dermatólogo se limitó a darle una pomada antibiótica y le aconsejó paciencia porque una vez superada la adolescencia supuestamente los granos desaparecerían no ocurrió así también fue a esa tierna edad cuando se inició la tortura mensual de la depilación con cera caliente y reutilizable que se usaba en la época la soportaba estoicamente pero le rompía el corazón ver cómo mes tras mes pasaba de tener una mata exagerada de pelos habérsela piel profusamente enrojecida e irritada durante los días siguientes su martirio que después pinchaba con papel de lija cuando volvían a salir total para llenarse de pelos otra vez al cumplir los quince de su madre decidió que ya era hora de llevarla al ginecólogo por primera vez a ella no le hizo ninguna ilusión entró temblorosa en la consulta completamente horrorizada ante la idea de que un señor mayor extraños se pusiera re mirarle por ahí el médico en cuestión sospecha de un síndrome de bari poliquísticos o quizás de un tumor productor de hormonas sexuales masculinas ya desde el primer instante en que la vio aparecer los rasgos andrógenos eran obvios le pidió varias pruebas y al final la visita no resultó peor que una sesión de depilación de entrecejo los análisis apuntaban a un ex cesó de andrógenos y ciclos anulatorio sí pero no había ni rastro de quistes en los ovarios el ginecólogo dudó en la época no existían aún los criterios de rotterdam así que salieron de la consulta con el curioso diagnóstico de trastorno hormonal sin especificar y así se quedaría hasta que sopló la friolera de cuarenta velas en su pastel de cumpleaños a gemma le hacía muy feliz ayudar a los demás se sentía útil y realizada apenas cumplidos los dieciocho empezó a ejercer de voluntaria en la parroquia de su pueblo natal a las afueras de santander leía libros en voz alta para gente visualmente discapacitada y hacía compañía a las personas mayores que se encontraban solas durante algunos años incluso se planteó hacerse monja pero al final pesó más el deseo de convertirse en madre algún día y se matriculó en trabajo social siempre fiel a su vocación gemma cumplió los treinta trabajando como tutora en una fundación de ayuda a personas con trastornos mentales la vida no le había regalado todavía una pareja ni tampoco ese ansiado bebé pero tenía una gran familia era apreciada por sus compañeros y por los pacientes que acudían a la fundación a menudo jóvenes recién diagnosticados de esquizofrenia y que necesitaban apoyo para asumir su nueva situación a veces voluntario y a veces no recién cumplidos los treinta y ocho en la revisión médica rutinaria del trabajo les salió que tenía la presión arterial alta el colesterol ele de l a ciento sesenta miligramos por decilitro y la glucosa en ayunas a ciento dieciocho la recomendación que incluía el informe decía que debía ir a su médico de cabecera para descartar un síndrome metabólico y plantear medicación gemma no entendía de colesterol

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