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Comentarios
Me siento identificado con la Espada Argéntea. Yo mismo he sido víctima de una jauría de licántropos (soy de Rumania). Nací en 1979 en plena dictadura comunista, en esa época era común que los gitanos asaltaran las villas y secuestraran niños para usarlos en el llamado ritual de los cerros, que consistía en echar diferentes extremidades de infantes en un caldo y dárselo de comer al más anciano del grupo para que así los dioses de la primavera concedieran una cosecha próspera en el año que aguardaba. Pero vayamos a la parte de los licántropos, o los pelo-duros, como se les llamaba. Estas mixturas entre hombre y