S XX David Morrell La Máquina de escribir (1/3) 146a47

David la máquina de escribir he leído he interpretado por moisés de las heras fernández block literario lluvia en el mar y audios de xbox y youtube eric sintió la misma picazón que si hubiera tocado un interruptor defectuoso o tropezado con una serpiente noto frío en la columna vertebral se estremeció estaba buscando una silla para la cocina la vieja y el adjetivo era correcto que de hecho era la única si ya que tenía en la cocina había quedado destrozada la noche anterior reducida astillas por una borracha y fornido poetisa que perdió el equilibrio y cayó sobre el mueble con belleza poetisa era un término demasiado amable para ella repugnante mente comercial la mujer había insultado a los invitados a la fiesta organizada por eric en gringo xvi leche lo sabía insultado conversó sobre gatos lluvia y luces portuarias hoy tus vacaciones veo tus sonidos un macho en versión femenina espantoso había sido la conclusión de eric encogido por vergüenza al fin y al cabo sus tertulias literarias creaban una pauta él tenía que proteger su reputación y press a capas de public la última antología de eric placenta la sutil resonancia del título le parecía ingenio puro además escribía una columna mensual para bilic ain un análisis de meta ficción y prosa surrealista por moderna de modo que cuando aquella poeta extra llegó a la fiesta sin invitación eric estuvo a punto de ordenarle que se fuera pero el obeso editor de velas maine intervino en favor de la mujer y eric sacrificado su criterio por tacto y por la continuidad de su columna en medio de los censos y secos carraspeo que provocó el recital de la poetisa que se levantó majestuosas mente del dr josé cojín que ocupaba en el suelo y salvo la situación recitando su cuento excremento de ave pero más tarde cuando contempló boquiabierto y horrorizado los restos de la única silla que tenía en la cocina eric comprendió cuán equivocado había estado al ir contra sus principios a la cámara y leería se hallaba una manzana de distancia por debajo del washington escuela y cerca de la universidad de nueva york el término chan mary leería describía la tienda perfecta mente los estudiantes compraban mesas y camas al acartonado propietario del local pero algunas veces pérdidas entre los trastos viejos había gangas y el punto más crucial eric no tenía alternativa en realidad sus relatos le proporcionarán una cantidad aproxima a cero sobrevivía vendiendo camisetas a la salida de los cines y con las limosnas de su madre dejando atrás el centro gigante y húmedo sol eric se introdujo en la cámara galería desea algo preguntó el arrugado propietario es posible repuso el sudor soy reservado solo quiero curiosidad como la plancha amigo mío el viejo estaba fumando una colilla de apenas un centímetro sus amarillentos uñas se precisan arreglo su mirada visca se posó en un impreso de apuestas épicas el local era ha alargado y estrecho un atestado laberinto con los restos del fracaso de pobreza gentes un destrozado espejo sobre un tocador por aquí un mozo colchón por allá mientras la luz del sol se esforzaban llegar a la parte trasera de la cámara galería avanzó a tientas tocó una grieta necesita de café con las patas dobladas se hallaba sobre un sofá inocentemente para