Tenemos que hablar de Kevin 492m1m

Bueno, ¿qué tal va el colegio? Ahí va. ¿Quieres mi horario de clases? ¿Qué tal los profesores? ¿Hay alguno en especial? Vaya, y ahora viene que grupos escucho, ¿verdad? Luego puedes preguntarme si hay alguna guarrilla en primera fila que me la ponga dura.

Así puedes seguir con eso de que yo sabré, claro, pero que antes de tirármela tengo que esperar a estar preparado.

En el postre puedes preguntarme si me meto drogas.

Con delicadeza, porque no me quieres asustar ni que mienta lo bestia, así que tienes que decir que tú las llegaste a probar.

Finalmente, cuando te hayas metido toda esa botella de vino, puedes ponerte ñoña y decir lo bonito que es pasar tiempo juntos.

Así podrás ponerme el brazo sobre el hombro y apretarlo suavemente.

Escucha el sótano, te va a encantar.

¿Cómo se le puede ocurrir decirme que no escucha el sótano de Radio Belgrado? Aquí es Radio Belgrado, transmitiendo para todos los sectores del frente.

El sótano de Radio Belgrado.

Mandanga subido.

Mandanga.

El sótano de Radio Belgrado.

Estos papeles con garabatos son estúpidos.

Todo el mundo necesita su propia habitación. Tú tienes la tuya, esta es la de mamá.

Te puedo ayudar a hacer tu habitación especial.

¿Qué quieres decir con especial? Bueno, pues que refleje tu personalidad.

¿Qué personalidad? Creo que sabes a qué me refiero.

Son estúpidos.

Que me digas de una vez.

Antes creía saberlo.

Ahora no estoy tan seguro.

Bienvenidos a otra nueva edición del Sótano de Radio Belgrado.

Continuamos con nuestro ciclo sobre terrores cotidianos para, tal y como hemos estado haciendo en los últimos episodios, abordar este monográfico desde otro enfoque.

Dejarnos un poco de esos thrillers de carácter más noventeros y empezar a hablar de otro tipo de productos y otras visiones sobre las filias o los miedos que solemos comentar aquí.

Y una de ellas es Tenemos que hablar de Kevin, una película que siempre me pareció fascinante, muy aterradora, con unos componentes y unos matices que si conectas con ella, como Si eres madre, por ejemplo, puede ser un auténtico viaje o descenso a los infiernos.

Esta película siempre, tanto yo como el señor de la risa floja, que ahora le dijo que se presente, siempre la hemos tenido muy presente.

Hemos hablado mucho de ella durante muchos programas porque es una cinta que siempre hemos querido tratar.

Creo que nos impactó muchísimo.

Creo que ha llegado el momento de abordarla, de interpretarla, porque revisitar esta cinta para mí ha sido muy productiva porque he visto otros enfocos, otros matices y creo que es una obra para nada plana y de la que se pueden interpretar muchísimas cosas.

Para mí esta película es un flechazo.