Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
SatíriCoMedia
Transporte de pesadilla I, El viacrucis del transporte público

Transporte de pesadilla I, El viacrucis del transporte público 6n5256

8/6/2025 · 10:52
0
4
SatíriCoMedia

Descripción de Transporte de pesadilla I, El viacrucis del transporte público 6h1h1r

Soy tu amigo Jack Sosa y el día de hoy estaremos desentrañando un poco de esa dura penitencia que nos toca vivir a todos los que no contamos con un carro... Bueno, ni con una bici de perdida, para andar por la vida. ¡Agárrate fuerte de lo que sea que tengas en frente y dale al play para que viajemos juntos este recorrido de terror en el transporte urbano! 6w6c21

Lee el podcast de Transporte de pesadilla I, El viacrucis del transporte público

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

¡Bienvenidos a Satiricomedia! No, no, no. De nuevo.

¡Bienvenidos a Satiricomedia! Así es.

Hago la voz así porque no sé usar los efectos.

¡Bienvenidos a Satiricomedia! Este es el podcast que te acompaña en tus mejores y peores momentos.

Incluso mientras dudas, te aplastan y te cuestionas todas tus decisiones de vida.

Todo esto, claro, en el transporte público.

¿En dónde más y no? Hoy vamos a hablar de ese viacrucis moderno, ese ritual diario que combina adrenalina, acrobacias y o humano no consensuado ni deseado.

Subirse al transporte público.

Porque el que diga que viajar en el transporte público es fácil o es una experiencia divertida, es porque nunca ha viajado parado, desvelado, cansado y con el alma colgando de un tubo.

O rota.

Yo diría que es más...

Es casi una experiencia.

Subirse a la combi y pegarse en la frente.

Prepárate, porque aquí vienen los 10 mandamientos...

Traumas...

De transporte público.

Número 1. El juego de adivina dónde me detendré.

Aquí no hay rutas claras, paraderos oficiales ni apps confiables que te ayuden.

Tú vas a parar el camión o combi solo con la fe y esperando que algo celestial ponga en el corazón del chofer el detenerse.

Extiendes la mano con la esperanza de que el conductor interprete tu gesto como un...

Llévame contigo, soy tuyo.

Porque si se pasa de largo, lo vas a corretear más que tu amiga la aferrada a su exnovio, dejando regada toda tu dignidad en cada paso.

¡Suben! ¡Le estoy diciendo que suben desde hace dos cuadras! Dices con un tono trágico, agitado y casi llorando, por lo que prefieres evitar ver a los pasajeros sabiendo que te verán con cara de...

¡Pobre güey! El chofer solo te va a mirar con desprecio.

Quizá lástima.

2. El asiento maldito.

¿Lograste subir? ¿Y esta rosa? ¿Ya viste lo que hay disponible? Ese asiento del fondo que está extrañamente calientito, tiene dibujado un pe** y suena y vibra más que órgano en misa.

Te sientas y puedes sentir la espalda sudada de todas las generaciones anteriores que corrieron en el mismo destino que tú.

Más que un asiento, es una esponja de humedad humana que te conecta con todos los ancestros sudorosos.

Además, está al lado de la bocina, así que todo el camino vas a escuchar cumbias a nivel terremoto y, por si fuera poco, el retumbar del bajo será un amable recordatorio de que vas sin comer y solo llevas un cigarro y una coca en la barriga.

Así es, debiste comprar esas galletas.

Igual ya ibas tarde.

3. Parado pero nunca doblegado.

Si ni siquiera te tocó asiento, prepárate.

Agárrate fuerte del tubo esquina mochila del cristiano de enfrente porque el viaje apenas comienza.

Y claro, el camión o combi frena como si estuviera evadiendo un retén de militares con tenis, así que tú vas bailando como John Travolta en vaselina.

Spoiler alert.

Es probable que termines con la cabeza en una axila ajena o con la cabeza de alguien más en tu axila, así que procura usar desodorante.

4. Sonidero del infierno.

La música del transporte no la eliges tú.

Claro que tus 11 pesos no dan para tanto.

El chofer, que encima es DJ y al parecer cursó y se graduó con honores de la licenciatura en contaminación auditiva, es quien la elige.

Y ten por seguro que será reggaetón de ese que ni se entiende qué dicen.

Cumbias relajadas, corridos cumbados o banda.

Hasta parece que la ley les impone llevar su ruido insoportable y a volumen de concierto de Rammstein.

¡Ay, ni le pidas que le baje! Es más probable que te bajen a ti de la unidad.

5. El chofer a marguetas.

Al señor al volante se le nota a leguas que no sonríe desde el Mundial del 86.

Y todavía llegas tú y le pagas la pena.

Comentarios de Transporte de pesadilla I, El viacrucis del transporte público 5e1n12

Este programa no acepta comentarios anónimos. ¡Regístrate para comentar!
Te recomendamos
Ir a Humor y entretenimiento