La Base 5x95 | El gobierno argentino, acorralado por la Criptoestafa $LIBRA 18q4e

5 en el fiscal tallano que investiga el escándalo cripto de Libra acaba de imputar al presidente Javier Milei. La justicia argentina ha imputado al presidente Javier Milei bajo la figura de varios posibles delitos, abuso de autoridad, estafa, tráfico de influencias y cohecho, casi nada.

Quizá le han imputado demasiado tarde, eso sí, y le han dejado tiempo para destruir pruebas, pero lo cierto es que la máxima autoridad del estado argentino referente político supremo emergente del movimiento anarcocapitalista afronta ya una investigación penal.

Desde la mirada liberal libertaria no debería ser punible estafar, ¿verdad? Si te dejaste engañar pues aprendes para la próxima vez, pero claro, la estafa Libra ha demostrado a millones de personas en todo el mundo que la ideología liberal libertaria es poco más que una justificación de los crímenes de un atajo de ladrones.

Por lo pronto es difícil anticipar la evolución de la causa, a nadie se le escapa que el ejercicio del poder pasa también por controlar la narrativa y en casos como el de la estafa cripto también por controlar los procesos judiciales.

Sin embargo el poder es siempre una realidad compleja, Milei no es ni mucho menos un presidente todopoderoso sino que su rol presidencial está mediado por las presiones de sectores de poder con más trayectoria y os como por ejemplo un tal Mauricio Macri, un oligarca en condiciones y no un simple ladronzuelo como Milei.

Más allá de lo que haga el cuestionable poder judicial argentino, en esta partida van a operar también los intereses de los diferentes conclaves del poder oligárquico de la Argentina. Ahí radica la complejidad de cualquier tipo de predicción que podamos hacer.

Sin embargo hay ya muchas conclusiones que se pueden sacar de la criptoestafa y en general de los 14 meses de mandato de Javier Milei. Quizá la más preocupante sea la naturalización de todo lo que representa Milei, la violencia, la falta de escrúpulos y el comportamiento lunático en la política. Que nadie entienda que es un hecho aislado. El auge de la extrema derecha ya venía normalizándose con algunas de las narrativas deshumanizantes de las que hoy se vale Milei. No obstante el argentino, me reconocerán, es un caso muy particular.

Y hablar de naturalización no es sólo reconocer la discusión pública en redes sociales, los discursos, los conceptos y las formas del jabo que ha logrado instalar como parte de nuestra cotidianidad política, como una forma más de dar la batalla por las ideas. Va mucho más allá de eso. La política institucional en Argentina palidece de esta naturalización. No puede explicarse de otra manera que Milei siga siendo presidente de Argentina tras haber vulnerado de forma flagrante y a la luz del día la ley de ética pública sobre deberes, prohibiciones e incompatibilidades de la función pública.

Por el momento el poder legislativo donde la libertad avanza, el bloque del presidente Milei, sólo tiene, atención, 39 de 247 diputados y 6 de los 72 senadores, está lejos de sumar los votos para un juicio político contra un presidente que ha promovido una estafa que calificó de pedófilos a los homosexuales y que reconoció en una entrevista que era un topo que buscaba básicamente destruir el Estado argentino desde dentro. El comportamiento del congreso es escandaloso y da buena cuenta de esta misma naturalización al haberle dado poderes extraordinarios a Milei.

Es evidente, incluso para cualquier intelectual o dirigente político de la derecha que se precie de tener una mínima conexión con la realidad, que Javier Milei carece de las facultades éticas y humanas para ejercer el rol presidencial, independientemente de lo que dictasen las urnas aquel funesto 19 de noviembre del 2023. El líder anarcocapitalista acumula causas para ser enjuiciado que no prosperan por una mezcla de indecencia legislativa, cálculo electoral y probablemente presiones de sectores del poder asociados a Mauricio Macri.

Pero la naturalización del crimen se concreta en algo todavía más flagrante, la concesión todavía vigente, como decíamos, de facultades legislativas extraordinarias al presidente Milei. El poder legislativo otorgó superpoderes a un jefe de estado que antes y después les definió como ratas y advirtió que pretendía precisamente destruir el estado. Ese es el éxito fundacional de Javier Milei, que la institucionalidad política y mediática en Argentina haya normalizado su violencia desquiciante. La elección para las ultraderechas, más allá de las fronteras argentinas, es inevitable.