Finlandia: Crónicas del Norte Oscuro 4c1e4w

¡Saludos desde la cripta! Les habla, como siempre, el guardián del cementerio en la oscuridad del campo santo. Póngase cómodo, cierre los ojos si lo desea y deje que la nieve caiga suavemente sobre el techo de madera de esta cabaña del norte. Afuera, el viento aúlla como si algo antiguo y dolido caminara entre los pinos oscuros de Finlandia.

Dentro, hablo el crujido del fuego y mi voz. Aquí comienza la primera entrega de Finlandia, Crónicas del Norte Oscuro. Un lugar, ya se lo adelanto yo, que tiene mucho que callar, pero también mucho que contar. Historias espeluznantes. Historias terroríficas para contar al bor del fuego. Historias que no son del gusto de aquellos que tienen miedo. Demasiado miedo.

Porque este es un episodio para valientes que quieren conocer más. Mucho más. ¡Comenzamos! Sin duda, hay un lugar en Finlandia que aún hiela la sangre de quien lo nombra, el lago Goyom. Está cerca de Spoo. Muchos lo conocen por un crimen atroz ocurrido en 1960, cuando tres adolescentes fueron brutalmente asesinados mientras dormían en su tienda de campaña.

Pero hay algo que pocos saben. Algo que no está en los archivos policiales, sino los susurros de los ancianos del pueblo. Mucho antes de aquella tragedia, los pescadores se negaban a remar al centro del lago después del anochecer. Decían que se escuchaban voces en un idioma desconocido surgiendo del agua.

Otros, por su parte, juraban haber visto luces danzantes justo bajo la superficie, como si alguien o algo caminara allí, en el fondo, sin necesidad de aire. Una mujer, Silla Mientinen, desapareció allí en 1932. Su cuerpo jamás fue hallado, pero su perro regresó a casa cubierto de lodo y con los ojos en blanco, mudo para siempre.

En 1981, un buzo aficionado que exploraba las profundidades encontró una cavidad natural con símbolos tallados en piedra. Grabó un vídeo antes de salir corriendo del agua. Esa misma noche, lo encontraron gritando en el bosque. Aseguraba que una mujer con los pies invertidos lo había llamado por su nombre desde el fondo. Nunca más pudo articular palabra. En la misteriosa región de Ostrobotnia, muy al oeste, se levanta un viejo molino de viento. Nadie lo usa desde 1907. Le llaman el molino del hambre porque se construyó precisamente durante una hambruna y muchos murieron literalmente de frío.